La hora crucial para Perú

Editorial | Perú se enfrenta a horas cruciales para su democracia. Tras una campaña extremadamente polarizada, un recuento agónico está poniendo a prueba las resistencias de su sistema electoral y la propia credibilidad de sus candidatos

           

https://www.facebook.com/elpais/posts/10158335058431570

Me da la impresión de que no mucha gente quiere decirlo, pero en algún momento hay que decirlo: hay un presidente electo, al que deberíamos desearle suerte y darle una mano. Quizás, en medio de la vileza de estas semanas, y en medio de los adjetivos y las denuncias estigmatizantes, no nos hemos detenido a pensar que se trata del primer campesino peruano que llega a la presidencia, hijo de padres iletrados, uno de ellos un hombre que creció en el régimen de servidumbre de las haciendas prevelasquistas, obligado a devolver a su patrón su sueldo mensual para alquilarle una casa en las mismas tierras ajenas que trabajaba. No se puede convertir a Castillo en símbolo de utopías que no representa y que probablemente no le interese representar, pero tampoco podemos creer, en un país que tanto ha despreciado a sus pueblos indígenas, que la elección de Castillo no tiene alguna dimensión simbólica en verdad significativa. Eso no quiere decir que su gobierno vaya a ser bueno: eso dependerá de muchas otras cosas, entre ellas, por un lado, la gente de la que él mismo se rodee para gobernar (¿va a inclinarse por los técnicos, por los ideólogos o por los caciques regionales, casi siempre bastante corruptos?), y, por otro lado, la gente que lo rodee para emboscarlo y tumbárselo lo antes posible. Por ahora será ya otra victoria que el presidente electo llegue a palacio.

Gustavo Faberó Patriau




+