Del ‘ghosting’ al ‘pocketing’: un diccionario de las relaciones amorosas

“Desaparece, un día compruebo que se ha echado una novia por las redes sociales. Y pasan cuatro años. Cuatro, ¿eh? Ni uno más ni uno menos (...) Ha habido una pandemia por medio. No te ha preguntado cómo estás ni si ha muerto alguien de tu entorno ni si te has contagiado. Dice cucú. Cucú, me puso cucú, te lo juro, como si no hubiera pasado nada”

           

https://www.facebook.com/elpais/posts/10158882518126570

He leído el artículo entero. Lo firma una tal Isabel Valdés ("corresponsal de género", dice su descripción, ni sabía que existía ese cargo).

Me ha llamado la atención una cosa: de todos los testimonios que se cita (supongamos que son reales, sean o no reales los nombres que se dan), todos, repito, TODOS, son de mujeres. Y he contado 19 testimonios. Supuestamente el artículo habla de prácticas sociales, la mayoría ligadas a la comunicación en redes sociales, pero nunca se especifica que se resalte la experiencia femenina. Al contrario, se habla en general de "personas" que "sufrieron" alguna de esas prácticas. PERO casualmente todos esos testimonios (19) del articulo corresponden a mujeres de distintas edad. No aparece mencionado, ya no digamos la mitad de hombres, sino ni uno. La experiencia masculina para El País sencillamente no existe. Huelga decir, por supuesto, que las "personas" acusadas (las parejas sexuales o sentimentales de las pobres víctimas) en todos los testimonios son hombres (curiosamente, no se cita ni siquiera el caso de alguna lesbiana que tuviese alguna mala experiencia, aquí el testimonio femenino no interesa tanto, ¿eh, El País?). Teóricamente, este artículo se basa en una supuesta encuesta que implica a 200 mujeres y una ¿docena? (12) de hombres. Desde un punto de vista estadístico, el muestreo no cumpliría los requisitos mínimos de cientificidad para un sociólogo decente. Pero para la línea ideológica misándrica de El País sí es suficiente. Y yendo ya a experiencias subjetivas (cuyo valor de verdad sé que es nulo), yo he experimentado prácticamente todas esas situaciones con el sexo femenino en redes, y me atrevería a decir ese tipo de fenómenos lo sufran, como mínimo, igual los hombres (e incluso diría que más, pero esta opinión a Isabel Valdés y El País no creo que le interesen nunca publicarlo en su maquinaria propagandística). Saludos.




+