Esta científica española quiere resolver un misterio genético y sacar de la cárcel a una madre acusada de matar a sus cuatro hijos

Kathleen Folbigg, la mujer más odiada de Australia, lleva casi 20 años en prisión acusada de matar a sus cuatro hijos. Pero su caso también podría ser el mayor error judicial de la historia de ese país. La científica española Carola García Vinuesa podría, con sus investigaciones genéticas, sacarla de la cárcel

           

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Ross Rose pues según se ha publicado a lo largo de los años(es un caso muy famoso y puedes leer muchos artículos sobre ello), básicamente hay frases y pensamientos. Se la culpa básicamente por un párrafo de esos diarios donde ella dice sentirse la peor madre del mundo y que siente que su hija se morirá como ya le ha pasado con otros. Y dice textualmente "soy la hija de mi padre". Es importante porque su padre mató a su madre cuando ella era apenas un bebé.
También hay un extracto donde se refería a uno de sus hijos y decía que quería que dejase de llorar. Se acusa a si misma de ser cruel o mala madre con ellos, aunque nunca se encontró ni un solo signo de hacerles daño.
Todo esto se vendió por la acusación como una confesión ambigua, para los psicólogos y psiquiatras eran solo pensamientos oscuros, signos de culpabilidad natural tras tantas pérdidas. Lo raro sería no sentirse culpable por mucho que no les hiciese nada. Se sentía como una fracasada y lo dice en infinidad de ocasiones.
Como ya he dicho, lo tremendo del caso es que no había pruebas de la supuesta asfixia y todo se basó en la poca probabilidad de que se te mueran cuatro hijos. Sin más. Y efectivamente es poco probable, pero con enfermedades genéticas, ya no lo es tanto. De ahí la movilización de estos expertos. Creen que tienen explicación.


Tuvo 4 hijos, los dos primeros enfermos. Fallecieron muy pronto, uno en cuestión de días. Se les hizo autopsia y siempre se determinó muerte natural. Ahora se sabe que las otras dos también estaban enfermas. También en su momento se determinó muerte natural en sus autopsias. Y en revisiones posteriores de las mismas siempre se ha determinado que no hay ni una sola prueba de asfixia, que es como supuestamente los mató según la sentencia.
Ella jamás se ha declarado culpable de su muerte ni ha confesado nada.
La condenaron por un diario que parece ser encontró su marido casualmente tiempo después. En él tampoco confesaba ningún crimen, pero si hacia referencia a las muertes. 40 años de cárcel por un diario obviando las pruebas genéticas y científicas.
Me alegro de que puedan hacer algo por ella. Y hay que decir que tampoco es esta señora solamente la que lo ha hecho. Su revisión la piden un montón de científicos y patólogos de renombre, entre ellos 2 premios Nobel.