1ºYo tengo continuos ruidos en mi cabeza y encima de eso, escucho la palpitación de mi corazón. Sea cual sea donde esté, el ruido va conmigo, pero al de mi corazón no lo considero ruido, al contrario me he dado cuenta que el ritmo del corazón está íntimamente conectado a nuestros pensamientos.
Cuando medito siento que el ruido de mi cabeza se va al fondo como si se fuera lejos, cuánto más profunda mi meditación más se debilita el ruido, es para mi como una trascendencia al sonido físico y empezar a entrar en un silencio que nunca jamás me imaginé sería posible para mí.