Julia Otero: “Llegó a darme igual estar viva o muerta”

Julia Otero: "Y llegué a un punto en que me daba igual estar viva que muerta. Todo el mundo habla de cansancio: es peor. Te abandona el aliento vital. La quimioterapia puede llevarte a la sensación de que estar vivo o estar muerto no te parezca muy diferente"

           

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Querer curar el cáncer mirando al ser humano sólo como cuerpo, ignorando que es en el espíritu donde empiezan todos los males y que con él también se pueden curar todas las enfermedades, es lo mismo que quien lleva el coche al chofer después de un percance y, una vez realizada la reparación y revisión de neumáticos y frenos, volver a la carretera y continuar por las curvas a excesiva velocidad. Ni siquiera debería permitirse la quimioterapia. En no pocos casos también mata las células y tejidos buenos y acelera la muerte. Algunas personas incluso adquieren un color cadavérico y esto me impresionó mucho en una cuñada que había muerto hace unos años, cuando ella y mi hermano y su esposo se cruzaron al pasar por un centro comercial en cierta etapa de su tratamiento para el cáncer de mama. Si quieres, échale un vistazo al programa de sanación integral que está en el octavo post de mi página.


Ocho meses de quimio por un cáncer de mama hace 8 años ciertamente agotaba. Pero era un cansancio físico que personalmente pude resolver gracias a la ayuda de la familia, especialmente el hombre de vida que estuvo ahí física, mental y prácticamente. Leí mas que nunca. Y no me descabalgué de ninguna de mis actividades que se podían hacer desde casa. La única fuente de desazón fue o poder ver a mis nietos correteando por casa, porque misxdefensas eran nulas. Comi bivalvos, mejillones, almejas y berberechos por prescripción facultativa,hasta casi aborrecerlos, porque aumentan las defensas. No pidía hacer punto ni ganchillo ni entonces ni después de la mastectomía doble, pero estuve quemando redes defendiendo mis ideas la sanidad pública, etc. Y ahí sigo. En ningún momento decayó mi ánimo porque siempre conté con profesionales que me hablaron muy clarito y por mi carácter, es como yo resuelvo las dificultades, con la verdad y el conocimiento. Pero en mis largas sesiones de quimio pude ver que había muchas formas de encarar un cáncer. Desde el miedo cerval al autoengaño, la indiferencia a los que mas les cuidaban o la mas inconsolable pena. Observe y aprendí. Cada una de nosotras, las personas enfermas, somos un mundo.




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