1ºLas epidemias continúan teniéndolo muy fácil,
Cada generación estará más débil e indefensa ante todo.
No importa cuánto daño pueda ocasionar, la codicia una vez consigue todo lo deseado, es la misma que provoca su autodestrucción.
Nada absolutamente nada se puede anteponer a ese mismo interés que nos ciega, ni siquiera nuestra propia salud y el futuro de nuestros hijos.
Es como si la evolución humana y la vida en la Tierra tuviera un límite y no pudiera avanzar llegado a un grado de progreso y bienestar.
Esto lo llevamos incubando décadas, por nuestro nulo interés epidémico, ocultando la existencia propagación y peligrosidad de un sinfín de epidemias mucho antes de estos tres últimos años.
Cada una de ellas nos ha ido dejando más débiles, más indefensos y con una cartilla de vacunas más amplia desde que nacemos.
Se suponía que hasta hace dos años podíamos disimular muy bien lo mucho que nos encantaba ocultar la existencia gravedad y propagación de las epidemias que sufríamos en silencio,.
Aunque tengamos asumido que el virus del resfriado nos bajaba las defensas, no entendemos que además nos dejaban indefensos ante todo y con más posibilidad de sufrir una enfermedad, porque los virus allá donde seas más débil es donde te atacan y te predisponen a lo peor.
Y ni siquiera después de ver cómo se ha multiplicado la dependencia sanitaria década tras década, entendemos en qué momento nos encontramos.
Cada carcajada, o cada queja interesada, no solo se expone, sino que además incentiva a los demás a destruir lo más importante de nuestras vidas.
Para colmo esto no solo nos afecta a las enfermedades, las cuales no hemos dejado de ver como aumentaban generación tras generación, sino que también nos afecta a la razón para ser conscientes y luchar para evitarlo.
Paco Aragon Lopez
2009/2023