Podemos entra en el debate sobre el clima y carga contra el PP por Doñana

“No espero nada del Partido Popular”, ha manifestado Belarra, que ha vuelto a definir a Moreno Bonilla, como el “Bolsonaro andaluz”. “El PP está a medio telediario de decir que la Comisión Europea es socialcomunista", afirma

           

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Conocí a Luis Planas Puchades de estudiante en Valencia. Él valenciano, yo andaluz recién llegado por traslado laboral de mi padre. Vivíamos muy cerca, yo en la calle San Ignacio de Loyola, en un bloque moderno, entre medianeras, y él en una manzana al "estilo Cerdá" en cuyo chaflán de esquina estaba su portal, dando a la Gran Vía Fernando el Católico. Teníamos una amistad de "compañeros de clase". Al poco tiempo, me volví a Andalucía, a Sevilla, y después de muchos años, me sorprendió verlo como Consejero de la Junta de Andalucía. "¿Que hace este valenciano en la política andaluza?", me pregunté. Y, ni corto ni perezoso, le escribí una carta, como un súbdito a su rey, sin esperanzas de respuesta. Pero sonó el teléfono de mi Estudio de Arquitectura, y....era él, Luis Planas. Recordamos viejos momentos, le conté mi vida, y é me contó la suya, el orgullo de tener una esposa cordobesa, una hija cordobesa. Me invitó a ver la Consejería y tomar café. Luego, su traslado a la Embajada de España en Marruecos, Europa, Gobierno de España, nos impidiò ese café, que todavía sigue pendiente. Es un hombre bueno, sobrino de un gran periodista catalán, asesinado por los anarquistas, antes de serlo por Franco seguramente, inteligente, moderado y humanista.
Hoy me entero que Antonio Sanz, el político "profesional" del PP, lanza una piedra y esconde la mano. Y acusa a este ejemplar político de una felonía, precisamente de las que acostumbran a hacer políticos del PP. Nada menos que acusar a su hijo de intervenir en la respuesta de la UE sobre Doñana, este grano en el trasero que le ha salido al PP porque se lo ha buscado sólito.
Antonio Sanz lleva toda su vida en la política. Es el clásico señorito de derechas que, a la pregunta, tiene toda la imagen de contestar como Abascal, "en mi casa manda mi mujer", esa distribución de roles tan típica de los machotes de la derecha española.
Sanz, con 15 años ya era un cachorrillo de la chiquilladas de Alianza Popular en Jerez. Una federación, después partido, que aglutinaba a un conglomerado de políticos y jerarcas del franquismo, donde aparecían varios ministros de Franco, ya en el tardofranquismo. Fundado durante la transición española en su mayoría por antiguos jerarcas franquistas, como ya digo, incluidos los conocidos como «los siete magníficos» —seis de los cuales habían sido ministros de Francisco Franco– y cuyo objetivo en sus inicios fue aglutinar a las distintas «familias» del régimen en una única coalición electoral.
Sanz señala al hijo de Planas, un funcionario que tuvo que superar una durísima oposición diplomática para estar donde está. Un funcionario que declaró ser hijo de un ministro español para no intervenir en asuntos de la UE relacionados con España. Luis Planas es un hombre honrado. Doy fe de ello. Su hijo también. Sanz escupe está bajeza y no abre la boca cuando sus propios compañeros de partido desprestigian en Bruselas al Gobierno de su propio país.
Tengo que ser sincero. Antonio Sanz siempre me ha caído mal. Puede que sea porque no me gustan los profesionales de la política. Ahora, con Luis Planas, queriendo echar mier-da contra él y contra su familia, ya me parece, además, un político despreciable.
Luis, siento esta bajeza. Tenemos pendiente ese café.




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