Ni abuelas ni yayas: viejas. Reivindicación de un orgullo

Opinión | "La blanda divinización de los mayores es la mejor trampa para no tomar en serio a personas que tienen la edad que todos —con suerte— llegaremos a tener. Mis abuelos eran adorables y tiranos, como cualquiera". Por Sabina Urraca

           

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Jorge Salinas Salinas Entonces, de la educación debemos hablar cuando no hay un comportamiento adecuado en la sociedad hacia las personas que necesitan un apoyo. Es igual si hablamos de gente enferma, o que tengan una edad y más probabilidad de estar en una situación de mayor vulnerabilidad. Si no hay una educación adecuada que le enseñe a la gente que los espacios reservados para discapacitados hay que respetarlos como tales, y si no sale de un joven cederle el asiento a un mayor que lo necesite, algo falla en esa educación que se da, o que no se da, simplemente. Algo falla en la sociedad.