Jugar como una chica

Columna | "Nos enseñaron que había una forma de lanzar, sentarse o moverse como una chica, algo que se debía a una esencia femenina que condicionaba nuestra forma de estar en el mundo. Pero supimos que lo que nos condicionaba era lo que se esperaba de nosotras". Por Máriam Martíñez-Bascuñán

           

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No del todo. Me refiero a la forma de comportarse. Digo ésto porque ayer mismo estaba con un matrimonio amigo en el super y el amigo me da un toque en el brazo para señalar a una tipa de espaldas en las neveras de los lácteos. Llevaba una minifalda plisada negra, un top negro....y unas preciosas braguitas negras que dejó ver claramente cuando se agachó para coger algo de la base del frigo..... tengo que reconocer que fue un momento muy sexi, pero no las tengo todas conmigo en que la chica (unos 30 tacos) pretendiera ir por ahí enseñando las bragas y creando momentos sexis casuales
A lo que voy; que hay posturas que se adoptan por algo.


Felipe Flores No hace que llegue ese día: te sugiero que te des un paseo por la isla de Gran Canaria, te subas a una guagua, te sientes en una terraza, y oigas, veas y observes cómo hablan, se comportan e incluso miran... Consiguen que hasta el hombre más rudo parezca un ser dulce y amable a su lado. Por lo demás, ni ladramos ni ustedes cabalgan ni nuestros comentarios son machistas. ¿Qué pasa aquí?, ¿sólo vale la opinión de las mujeres, las feministas y los feministos? ¿Es que los varones, por ser varones, no podemos hacer observaciones, reflexiones y críticas a las mujeres, señalar las cosas que no nos gustan de ellas, cuestionar tanto feminismo obtuso, simplón y estólido? ¿Nos tenemos que tragar todos sus complejos, sectarismo y victimismo porque lo dicen ellas? A mí el artículo me parece una chorrada, no me aporta nada y me resulta quejica, infantiloide y mediocre. Y tampoco me gusta el fútbol femenino, y no por machismo, sino porque me parece espeso, torpe, insulso, y me aburre tremendamente. Y creo que no soy el único. El fútbol femenino, en comparación con otros deportes, masculinos y femeninos, la verdad es que no interesa a nadie, salvo a cuatro gatos, gatas en este caso. Pero ¿qué podemos esperar de estos necios tiempos?, en los que cualquier trivialidad se ensalza, idealiza, y se le da categoría de acontecimiento o heroicidad sólo porque la protagoniza una mujer. Gran mérito universal.




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