El Cordobés, arrollado de gravedad en Huesca en la temporada de su despedida

"Una cornada de 20 centímetros, de pronóstico grave". El Cordobés es arrollado, a los 55 años y en plena temporada de despedida, por un toro. Está ingresado

           

https://www.facebook.com/elpais/posts/688032516704287

"Perdonen si empiezo con una confidencia personal: yo, que soy contrario a los toros, entiendo de toros. Durante años, cuando me recogieron en Zaragoza durante la posguerra, traté casi diariamente con don Celestino Martín, que era el empresario de la plaza. Eso me permitió conocer a los grandes de la época: Jaime Noain, El Estudiante, Rafaelillo, Nicanor Villalta. Me permitió conocer también, a mi pesar, el mundo del toro: las palizas con sacos de arena al animal prisionero para quebrantarlo, los largos ayunos sustituidos poco antes de la fiesta por una comida excesiva para que el toro se sintiera cansado, la técnica de hacerle dar con la capa varias vueltas al ruedo para agotarlo... Si algún lector va a la plaza, le ruego observe el agotamiento del animal y cómo respira. Y eso antes de empezar.

Vi las puyas, las tuve en la mano, las sentí. El que pague por ver cómo a un ser vivo y noble le clavan eso debería pedir perdón a su conciencia y pedir perdón a Dios. ¿Quién es capaz de decir que eso no destroza? ¿Quién es capaz de decir que eso no causa dolor? Pero, claro, el torero, es decir, el artista necesita protegerse. La pica le rompe al toro los músculos del cuello, y a partir de entonces el animal no puede girar la cabeza y sólo logra embestir de frente. Así el famoso sabe por dónde van a pasar los cuernos y arrimarse después como un héroe, manchándose con la sangre del lomo del animal a mayor gloria de su valentía y su arte.

Me di cuenta, en mi ingenuidad de muchacho (los ingenuos ven la verdad), de que el toro era el único inocente que había en la plaza, que sólo buscaba una salida al ruedo del suplicio, tanto que a veces, en su desesperación, se lanzaba al tendido. Lo vi sufrir estocadas y estocadas, porque casi nunca se le mata a la primera, y ha quedado en mi memoria un pobre toro gimiendo en el centro de la plaza, con el estoque a medio clavar, pidiendo una piedad inútil. ¡El animal estaba pidiendo piedad...! Eso ha quedado en la memoria secreta que todos tenemos, mi memoria del llanto.

Y en esa memoria del llanto está el horror de las banderillas negras. A un pobre animal manso le clavaron esas varas con explosivos que le hacían saltar a pedazos la carne. Y la gente pagaba por verlo.

El que acude a la plaza debería hacer uso de ese sentido de la igualdad que todos tenemos y darse cuenta de que va a ver un juego de muerte y tortura con un solo perdedor: el animal. El peligro del toreo, además de inmoral como espectáculo, es efectista, y si no lo fuera, si encima pagáramos para ver morir a un hombre, faltarían manos y leyes para prohibir la fiesta.

Gente docta me dice: te equivocas. Esto es una tradición. Cierto. Pero gente docta me recuerda: teníamos la tradición de quemar vivos a los herejes en la plaza pública, la de ejecutar a garrote ante toda una ciudad, la de la esclavitud, la de la educación a palos. Todas esas tradiciones las hemos ido eliminando a base de leyes, cultura y valores humanos. ¿No habrá una ley para prohibir esa última tortura, por la cual además pagamos?

Perdonen a este viejo periodista que aún sabe mirar a los ojos de un animal y no ha perdido la memoria del llanto."

Fuente: EL PAÍS; Francisco González Ledesma, periodista y escritor.


---
• LO QUE SE LE HACE AL TORO ANTES DE LA CORRIDA Y QUE NO SABES SUBVENCIONADO con nuestros impuestos
Ataca cuando se le enfurece, o como reacción a una serie de torturas.
Desde que los toros son secuestrados del rebaño, empieza el calvario Presos en un asfixiante cajón, con la cabeza ladeada, se les transporta muy lejos de sus pastos , suelen perder entre 40 y 50 kilos a causa del estrés al ser confinados en la cárcel del chiquero.
Antes de su linchamiento, padecerán continuos tormentos al objeto de debilitar sus fuerzas:

24 Horas antes de entrar en la arena, sometido a un encierro a oscuras para que, al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el público de que el toro es feroz, pero la condición natural del toro es huir, no atacar.
Se le han recortado en vivo los cuernos (afeitado) para proteger al torero. Le colgaron sacos de arena en el cuello durante horas. Le golpearon con sacos de arena en los testículos y los riñones, le indujeron diarrea y le abrasaron los intestinos al poner sulfatos y laxantes en el agua y en la comida, para que llegue débil al ruedo y en completo desorden. Se le ha untado grasa y vaselina en los ojos para dificultar su visión y en las patas se le puso una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto, así el torero no desluce su actuación. En algunos casos, incluso se les han rasgado los músculos del cuello para evitar movimientos bruscos con la cabeza, a fin de reducir el riesgo de posibles cornadas.
Y no sólo con esto, se le han inyectado fármacos hipnóticos e introducido bolas de algodón en lo profundo de sus fosas nasales para dificultar la respiración. El toro es un ser indefenso --no digamos las pobres vaquillas y becerritos jovencísimos o recién destetados y sin cuernos como los de las escuelas taurinas,fiestas con pobres animales indefensos,becerradas ,vaquillas y demás maldades-- que por muchas astas y fuerza que tenga jamás podrá vencer los medios que se van a poner en el ruedo para irle masacrando. ANTES de salir al ruedo se le castiga con severos y crueles castigos programados y después se acabará con él tras unos atroces y elaborados actos, que algunos llaman arte y cuyo fin no es más que el ir destrozando poco a poco al animal para así convertirlo en un guiñapo sangriento a merced del torero. Las corridas de toros son salvajes y repugnantes, el infeliz animal experimenta estrés, pánico y dolor extremo , van perdiendo visión y capacidad sensorial a medida que son toreados y picados (hasta quedar casi ciegos .Las fiestas taurinas nos cuestan mas 629 millones al año en subvenciones PERO ESTO SOLO ES LO ESTABLECIDO SE SUBVENCIONAN DE MIL FORMAS MAS encubiertas. ES UN NEGOCIO Justifican la crianza de una raza para después torturarla salvajemente ,en plazas ,becerradas,vaquillas,fiestas con animales y escuelas taurinas todo SUBVENCIONADO con nuestros impuestos .Es imposible que alguien quiera criar toros de lidia por amor a la tradición, a la cultura, o a los símbolos de identidad nacional. Los ganaderos del toro de lidia ganan dinero y sin las subvenciones directas o indirectas que reciben los criadores de toros de lidia como productores de carne ganado bravo (denominación de origen) por parte del Estado, comunidades autónomas, ayuntamientos y la Unión Europea , la tauromaquia NO lograría subsistir.
https://www.facebook.com/...059&set




+