1º¡Fuera Wallapop entonces! ¿Podremos aguantar vivos en este infierno hasta el impacto del meteorito?
Siempre ha existido una alternativa a la exposición, la no exposición.
Que alguien le diga a las niñas y niños que comparten el mundo con malnacidos. Una vez entendido ésto, que desarrollen sus vidas tomando las lógicas precauciones. No como Frank Cuesta, que manipula víboras y cuando le pican monta un poyo. En la sociedad hay malos bichos, razón por la que no dejamos las puertas abiertas de casa. Aunque el vecino de al lado sea San Bonifacio, las cerramos.
A los adolescentes se les ha invitado a tomar el sol en la terraza, o lo que es lo mismo, a mostrarse de forma cotidiana en las redes. Y bien está. Es divertido. Ahora bien, han de saber que el pervertido del 7º se compró unos prismáticos para cazar osos en el Ártico. Prohibir la venta de prismáticos es imposible, y que la policía visite a diario a cada persona que viva por encima de un 5º, también.
Respecto a las webs de compra-venta, nadie con el mono de Vinted o Wallapop va a tu casa a empaquetar y llevarse el artículo que deseas vender. Vender por esa vía tiene sus incomodidades. Chollo cero. Podría hablarse mucho de la mecánica de dichas plataformas y de sus "zonas oscuras". Por ejemplo, cuando una venta no se concreta por echarse atrás el vendedor, el dinero del comprador pasa días en el "éter".
Esa denuncia bien podría partir de los mismos periodistas que aquí escriben, y que en vez de investigar y ejercer prefieren, una vez más, alarmar.
Chica, seguro que en tu ciudad hay alguna tienda de ropa de segunda mano.