1ºLa religión nos ha proporcionado el más extraño de los telescopios y el de mayor alcance: el telescopio a través del cual podemos ver la estrella que habitamos.
Para la mente y los ojos del hombre común, este mundo se halla tan perdido como el Edén o la Atlántida sumergida.
Una extraña ley recorre la historia humana, y consiste en que los hombres siempre tienden a minusvalorar lo que les rodea, a minusvalorar su felicidad, a minusvalorarse a sí mismos.
El gran pecado de la humanidad, el que simboliza la caída de Adán, es esta tendencia no a la soberbia, sino a una extraña y horrible humildad. Este es el gran pecado, el pecado por el que el pez se olvida del mar, el buey se olvida del prado y cada hombre, al olvidar su propio entorno, en el sentido más completo y literal, se olvida a sí mismo.
Este es el verdadero pecado de Adán, y se trata de un pecado espiritual.
Es extraño que muchos hombres verdaderamente espirituales, como el general Gordon,se hayan pasado las horas especulando sobre la exacta ubicación del Jardín del Edén. Pero lo más probable es que aún sigamos en el Edén; solo son nuestros ojos los que han cambiado.
G. K. Chesterton.
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