1ºNunca un beso fue cuestión de Estado, ahora lo es. Rubiales es un chivo expiatorio de la izquierda reaccionaria para tapar la Amnistía a Puigdemont.
El beso maldito ocurrió durante las negociaciones secretas en Marruecos entre el Gobierno y Junts para garantizar la investidura. (*) Por esto, el PSOE llegó al clímax cuando dieron los números a pesar de haber perdido las Elecciones Generales.
Obviamente, los 'comunistas con Netflix' dirán que es un bulo, para ellos quien no entra por el aro es la extrema derecha...
En resumen, que persiguen a un listillo por un insignificante besito mientras perdonan a Otegui, Puigdemont y Durruti.